Sana tu corazón
El cacao y su energía sanadora
En el corazón se asienta la fuerza de voluntad del YO SOY, la conciencia superior y se experimentan las emociones más elevadas: amor, compasión, gratitud, fraternidad, generosidad, etc., y el cacao es un aliado para estimular esas emociones.
El cacao por sus componentes activos se considera una medicina de la tierra que beneficia física, emocional y energéticamente al órgano del corazón. Contiene Theobromina (alimento de los dioses), es un alcaloide que relaja el sistema nervioso central y los músculos que envuelven al corazón, dando una sensación de bienestar por estimular en el cerebro las hormonas de la felicidad, placer, entusiasmo, lo que permite que bajen los niveles de estrés y así puedas tener una conexión más profunda contigo mismo.
Cuando bebemos cacao ceremonialmente se hace para profundizar en un viaje de reconexión con el corazón y así sanar viejas heridas que muchas veces no nos permiten avanzar en la vida. Se pone una intención para que la energía vaya canalizada hacia un objetivo (dependiendo de lo que cada quien quiera sanar), y siempre nos presentamos ante el espíritu del cacao para hacer la comunión con la medicina de manera consciente y amorosa, se eleva el rezo ante un altar para dejar la ofrenda de amor a la madre tierra y las demás esencias que nos acompañan durante la ceremonia.
¿Cómo se desarrolla?
Primero se realiza una limpia del cuerpo energético para que todos entremos al ritual con la misma vibración. Se realizan diversas técnicas de meditación o yoga shamanico, cantos de medicina, mantras, respiraciones, se finaliza con una sesión de relajación con el sonido de los cuencos y otros instrumentos.
¿Qué hago?
Observar, meditar, practicar, honrar la palabra, el canto y la danza. Me guía el gran espíritu a través de las enseñanzas de los abuelas y abuelas del camino de la mexicaneidad, enfocada a la filosofía Tolteca, donde lo principal es servir con amor y humildad.
Facilitadores de la medicina del cacao
América Armenta "Tlazocalli" (la casa del amor) y Leonardo Castro "Ixquimilli", nombres que nos fueron sembrados para servir.